Fotografía del exterior de la mezquita de Hassan II, Casablanca, Marruecos

Guía rápida de viaje: Casablanca, Marruecos

Guía rápida de viaje: Casablanca, Marruecos

Empiezo a escribir este post recién llegado a Casablanca, recordando la primera vez que vine, allá por el año 2005. Era mi primer viaje de trabajo y la ciudad no me gustó nada, de hecho esperaba no tener que volver en mucho tiempo. Por suerte, vine muchas más veces y mi primera impresión cambió radicalmente. De hecho, estaba deseando volver, después de mi última visita hace más de 4 años.

He de aclarar que lo que me gusta de la ciudad es el ruido, la sensación de caos permanente y la forma de trabajar que tienen los marroquíes, pero más allá de ello, no creo que sea el mejor lugar para ir de vacaciones.

Aquéllos que vengan buscando el glamour de la película de Humphrey Bogart, probablemente quedarán decepcionados. No existe. La Casablanca para los turistas se puede ver en un día, ya que sus atractivos son fundamentalmente la mezquita de Hassan II y la Medina. También hay muchos edificios de arquitectura art-décó, herencia del protectorado francés. Si vas de vacaciones a Marruecos, te recomiendo que visites Marrakech o Fez, y que dejes Casablanca como una parada en el camino.


Algunas precauciones

Casablanca es una ciudad bastante segura, aunque pueda no parecerlo. Simplemente hay que tener cuidado por dónde se mete uno, al igual que en cualquier otra parte del mundo. En el centro no tendrás problemas, y si los tuvieses, generalmente la policía se pone de tu parte (a no ser que hayas cometido algún delito, claro). Eso sí, ten en cuenta que en la zona centro y la Medina te acosarán para pedirte dinero, llevarte a la tienda del primo u ofrecerte todo tipo de productos. En algunos casos pueden intentar asustarte para sacarte dinero, pero siempre que estés en un lugar público, no tienes nada que temer.

A la hora de moverse por la ciudad, lo ideal es utilizar un “Petit Taxi”. Son todos de color rojo y suponen una forma muy barata de desplazamiento. Es conveniente verificar que el taxista pone en marcha el taxímetro o pactar el precio de la carrera de antemano, para evitar sorpresas. Un mismo desplazamiento puede variar mucho de precio dependiendo de lo que pactemos. Yo he llegado a pagar 100 dirhams (8,90 euros) por un viaje que a la vuelta me ha costado 20 (1,80 euros).

Fotografía de dos Petit Taxi en Casablanca
Petit Taxi en Casablanca

Hay que prepararse mentalmente para el tráfico de Casablanca. Es caótico, tanto por los vehículos en sí como por los viandantes. Paciencia.

Si vas solamente a Casablanca o te mueves por las grandes ciudades, no será necesario que te vacunes. De todas formas, el Ministerio de Exteriores publica las alertas y precauciones a tomar cuando se viaja al extranjero. Te recomiendo visitar su web antes de preparar un viaje a cualquier país (enlace al final del post).

La principal precaución que debes llevar es con el agua. Al agua de Marruecos no le pasa nada, es potable, pero ten en cuenta que no pasa por los mismos tratamientos que en España, por lo que puede caerle muy mal a tu estómago. Bebe siempre agua embotellada y asegúrate de que la abren delante de ti. También ten cuidado con los alimentos crudos, especialmente las ensaladas, y con los cubitos de hielo. Yo por si acaso siempre llevo en mi equipaje unos cuantos antidiarreicos. Esto es aplicable para todo Marruecos.


Breve Historia de Casablanca

Los primeros indicios de una sociedad establecida en Casablanca son del siglo X a.c., con la ubicación de un poblado en una de las colinas de la ciudad. También hay datos que indican que los fenicios utilizan esta ubicación como puerto. No obstante, no es hasta el siglo VII cuando se forma una estructura de ciudad propiamente dicha, a manos de los bereberes, a la que llamaron Anfa. Con la llegada al poder de los Almorávides, la ciudad es totalmente arrasada.

Fue refundada por los Meriníes en el siglo XIV, convirtiéndose con el tiempo en un puerto que servía como refugio para ataques de piratas berberiscos. Para acabar con éstos, los portugueses arrasan la ciudad en el siglo XVI y pasan a denominarla “Casa Branca”. La ciudad vuelve nuevamente a manos bereberes en el siglo XVIII, tras un terremoto que prácticamente la borra del mapa, pasando a llamarse “Dar-El-Beida” (Casa Blanca en árabe). A partir de este momento comienza el despegue de la ciudad, al adquirir gran relevancia su puerto comercial.

Bajo el protectorado francés (cuando recibe su nombre oficial de Casablanca), la ciudad se convierte en la capital económica del país, evolución que sigue después de la independencia, siendo todavía hoy la principal ciudad económica y comercial del país, con la mayor concentración de industrias y las filiales de los principales bancos internacionales. Su puerto marítimo es el segundo más importante de África.



La Mezquita de Hassan II

Es un edifico de reciente construcción, terminado en 1993. Su minarete, de 210 metros de altura, es el edificio más grande de Marruecos. Además, se trata del edificio religioso más alto del mundo y uno de los más grandes, con una capacidad de 25000 fieles en su interior.

Ubicada junto al mar, contemplarla es espectacular. No hay ninguna limitación para verla desde el exterior, pero los no musulmanes que deseen visitar el interior deben hacerlo contratando una visita guiada y cumplir unas estrictas normas de vestimenta y comportamiento.

Fotografía del exterior de la mezquita de Hassan II, Casablanca, Marruecos
Vista exterior de la mezquita de Hassan II, Casablanca, Marruecos
Fotografía exterior de la mezquita de Hassan II, Casablanca, Marruecos
Mezquita de Hassan II
Imagen del interior de la mezquita de Hassan II, Casablanca, Marruecos
Interior de la mezquita de Hassan II
Imagen exterior de la mezquita de Hassan II
Exterior de la mezquita

Para saber más / fuentes consultadas


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