Fue esculpido en torno al año 515 AC para conmemorar la victoria de Darío I (521-484 AC) sobre las distintas tribus que se rebelaron contra él como monarca del Imperio Persa. Darío pretendía transmitir el fin de las revueltas y reforzar su autoridad como soberano ante todos sus súbditos.
Representa la figura del rey aplastando a Gaumata, el usurpador que pretendió arrebatarle el trono y que lideró los levantamientos contra él. Frente a Darío, se puede ver a sus enemigos atados.
Completan el conjunto 14 columnas en escritura cuneiforme en persa antiguo, elamita y babilonio para que todos los pueblos de su imperio. Son estos textos los que aportan su gran valor como objeto histórico. Gracias a la Inscripción de Behistún , y basándose en el la lengua persa antigua, fue posible por primera vez descifrar la elamita y la babilonia. Es por ello que se suele comparar con la (mucho más famosa) Piedra Rosetta, que permitió descifrar los jerooglíficos y el idioma demótico gracias al griego antiguo.
Fuentes consultadas
- «La Inscripción de Behistún». Blog de Ana María Vázquez Hoys. www.bloganavazquez.com
- “Historia del mundo antiguo (Próximo Oriente y Egipto)”. Ana María Vázquez Hoys. Editorial Sanz y Torres, 2007.
Imágenes utilizadas
- Cabecera del post, imagen de Behistún. www.megalithic.co.uk
- Detalle de la Inscripción. http://antonioheras.com
- Esquema de la Inscripción de Behistún. http://etc.usf.edu
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